“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
domingo, enero 02, 2005
Cuando cualquier acto puede ser el último de tu vida, el tiempo se desvanece y pierde sentido distinguir entre: "entonces y hoy". Porque eternamente el guerrero da lo mejor de sí y eso se traduce en disciplina y sobriedad.
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Camino Tolteca,
Impecabilidad,
La muerte como consejera
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