Me voy adentrando en el silencio mientras dejo pasar pensamientos, se apaga el diálogo y ahí está, escondido, detrás de todo el murmullo un punto de Anhelo cumpliendo su función de anclaje de la mente. El apego como resistencia a ser llevado por la muerte.
El simple hecho de reconocerlo me sacude de manera eléctrica, el mundo se detiene… y entonces vuelvo a estar sola, muriendo consciente a las adherencias del ayer y liberando el potencial que mantiene “mi imagen”.
Los acuerdos tomados se quiebran y me río de mi imbecilidad de caer otra vez en la misma trampa. Mi mente trata de cristalizar nuevos acuerdos que me dejarían presa e incapaz de reajustarme; no sustituyo, no cambio unos por otros… me lanzo a ser una persona nueva cada día, sucumbiendo cuando el sol toque el suelo, explorando potencialidades que van más allá del mundo de las seguridades, mutando en el tiempo…no sé quien soy.
Alma nómada.
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