Si te quedas fijo observando las manos, o un objeto determinado, pierdes la atención de ensueño. Cuando notes que esto comienza a pasar, pasea tu vista. Cambia el foco, mira un objeto y luego otro, hasta sentir con tu cuerpo que estás ahí. Cuando veas que vuelves a perder la atención, repítelo. Cada logro, por pequeño que sea, se instaura en la trayectoria de tu punto de encaje y un día descubres que puedes regresar a ese mismo punto a voluntad.
“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
sábado, enero 29, 2005
La atención en el ensueño.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario