

“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
Si te quedas fijo observando las manos, o un objeto determinado, pierdes la atención de ensueño. Cuando notes que esto comienza a pasar, pasea tu vista. Cambia el foco, mira un objeto y luego otro, hasta sentir con tu cuerpo que estás ahí. Cuando veas que vuelves a perder la atención, repítelo. Cada logro, por pequeño que sea, se instaura en la trayectoria de tu punto de encaje y un día descubres que puedes regresar a ese mismo punto a voluntad.
Aquel día salí de casa con la hora justa, era ya muy tarde y en la autovía todos los carriles estaban colapsados; pero para colmo, allí a lo lejos se veía una furgoneta que parecía andar a pedales y tenía bloqueada la salida que yo debía tomar. Empecé a inquietarme y a tachar de tortuga al conductor. En breves maniobras y pisando el acelerador, conseguí situarme tras él. Aún no había amanecido, pero me fijé en unas letritas, en rosa, en el bajo de las puertas del vehículo. Intrigada y medio desesperada ya, por la falta de movimiento, me acerqué al furgón para leer aquello. El texto decía:"si tanta prisa tienes, haberte levantado antes".
Upss!! aprendí que ser Impecable lleva implícito asumir la responsabilidad de tus actos, en lugar de seguir la fácil inercia de descargar las culpas en otros, cuando se tuercen las cosas. Después entendí que nada se tuerce, si no hay expectativas y si estás atento a los mensajes de la vida. También supe que por simple que sea nuestro propósito, hay que ocuparse de las consecuencias de nuestras acciones, porque estas son como una onda que se expande...y el mensaje de la furgoneta, me enseñó, además, que los ritmos personales se corresponden con distintas maneras de vivir por las que tarde o temprano transitamos...y que cuando viajas lento, puedes contemplar todos los detalles del paisaje. Al final, todos llegamos en el momento justo en que debíamos hacerlo...
Hablar de buenos y malos, de bandos políticos o de seres que sirven a la magia y seres que sirven al ego, sigue siendo una visión divisoria de lo que Es. Todo está en todo, y cuando desde el Silencio se llega a un "lugar" que alberga sus contrarios, hay un extensión consciente del sí mismo, que funciona como llave para todas esas realidades que no percibe la "banda humana" ...y cada fragmento de vida en que uno "ve" a los demás, pero no a sí mismo, es un reflejo de esa división, porque es la evidencia de que existe un conflicto interior que acepta que soy un ser mágico, pero no, que soy un ego con patas...y si uno se fija, ese ego con patas es lo único que tenemos para llegar ser "seres mágicos".
En principio me sirvió mucho un ejercicio de visualización muy sencillo que consiste en relajarte e imaginar que a la altura del entrecejo hay una abertura y todos tus pensamientos salen por ahí a modo de humo. No te enganchas a nada sólo debes dejarlos ir como mero observador.
Más tarde comencé a practicar la respiración Piko Piko de los Huna, chamanismo hawaiano.Esta respiración consiste en centrar tu atención sobre la cabeza cuando inspiras y llevar tu atención dos deditos bajo el ombligo cuando exhalas. No es necesario visualizar el recorrido energético, sólo centra tu atención y vas a notar…
Piko piko me permite entrar en el silencio, aún estando en movimiento o desarrollando cualquier actividad. Pero al inicio cuesta, se necesita disciplina y sobre todo no luchar con la mente por el Silencio, eso solo hace más ruido. Cuando te descubras pensando, comienza de nuevo, no charles contigo sobre lo mal que lo llevas…y recuerda que todos los momentos son buenos para hacer la práctica. Una de las cosas que me llamaba la atención es que cuando más cerca estaba de lograr el silencio más fuertes eran los argumentos mentales para sostenerse, ni te pares…
Los instantes de silencio se van acumulando y poco a poco se instauran en tu vida; a veces también uso mantras, pero depende de mi punto de encaje.