Decimos que nuestra hora no puede ser profetizada, mas,
cuando decimos esto; imaginamos que nuestra muerte
sucederá en un distante futuro. Nunca se nos ocurriría que ya
empezó; que tiene una conexión directa con éste dia en el que
estamos viviendo y que puede ocurrir en ésta misma tarde.
La tarde que pasamos tan ocupados en llenar de cosas que hacer...
Marcel Proust
“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
sábado, marzo 19, 2005
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