Para recordar el ensueño, la técnica que suelo usar, es no moverme absolutamente nada al abrir los ojos, manteniendo el estado de silencio. Entonces en un flash veo toda la secuencia o secuencias. Si consigo no moverme, porque estaba atenta, resulta que durante el día tengo fugaces visiones de partes que no estaban en ese recuerdo y son tan vívidas, esas escenas, que realmente se solapan las realidades.
“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
martes, febrero 01, 2005
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