Más allá de nuestras limitaciones personales, existe un mundo lleno de posibilidades, que se vislumbran, pero no se expresan porque el miedo las enmudece.
Nuestros miedos son nuestras potencialidades reprimidas
“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
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1 comentario:
El miedo, el gran atontador.
me parece que muy poquitos miedos son instintivos y necesarios.
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