A mi amiga Norma
“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
miércoles, febrero 28, 2007
Tramos de vida
Pablo dice, que somos como talleres y que tenemos un guardian en la puerta que deja pasar sólo aquello que somos capaces de reparar.
miércoles, febrero 21, 2007
jueves, febrero 15, 2007
Lo que eres
...y lo que crees que se espera de ti
Hay veces en que uno posee una gran intuición para tomar decisiones, porque es capaz de oír la voz interior y seguirla.
Entonces todo fluye. Otras veces, también domina la voluntad de actuar dando lo mejor de sí, pero de forma inconsciente introducimos conceptos como: bueno o malo, correcto o equivocado. En ese momento la fuerza se quiebra y se convierte en flaqueza, porque partimos la energía de la decisión. Nos dividimos. Entramos en conflicto interno y se empiezan a buscar las respuestas fuera, pidiendo consejo o preguntando a los demás.
Nos hacemos influenciables, nos quedamos sin la menor idea de qué hacer porque hemos perdido toda referencia. Una de las formas de dejar de estar atrapado, es darle una oportunidad a nuestra intuición recuperando el hilo de confianza para aprender tanto de aciertos como de errores.
Edward Bach, llamó a este estado: Cerato y decía de él cuando se desarrolla como cualidad es inherente a la sabiduría, pero cuando no se da un proceso armónico, lo convierte a uno en “el loco”
miércoles, febrero 07, 2007
jueves, febrero 01, 2007
La parte chunga de nosotros mismos
Cuando nos desbordamos emocionalmente, proyectamos hacia fuera aquello que no somos capaces de interiorizar porque resulta doloroso. De forma inconsciente nos defendemos culpando a otros o a la situación de lo que nos supera. Los mecanismos que se activan, nos dotan de razón y argumentos para protegernos y seguir proyectando hacia el exterior.
Sólo haciéndose responsable de lo que uno siente, puede sanar la herida. Cuando aceptas, te concilias con esa parte de ti que niegas de continuo y que no te gusta ver. Cuando aceptas, dejas de estar dividido y cesa el conflicto.
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