La vida primero nos hizo fuertes
y luego aprendimos a reírnos y ser felices
“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
Todos estamos hechos de polvo de estrellas. Todos llevamos la historia del cosmos. Sólo mediante la respiración, estamos unidos a todos los demás seres que han vivido en el planeta. Por ejemplo, hoy todavía estamos respirando en millones de núcleos atómicos del fuego que quemó a Juana de Arco en 1431, y algunas de las moléculas del último aliento de Julio César. Cuando un organismo vivo muere y se desintegra, sus átomos se liberan de nuevo en el medio ambiente, y, finalmente, se integran en otros organismos. Nuestro cuerpo contiene unos mil millones de átomos que una vez pertenecieron al árbol bajo el cual Buda alcanzó la iluminación.
Trinh Xuan Thuan.
La pérdida es un agujero en el corazón...
Un agujero que inspira amor y contiene el amor del otro
À mon père
Un observador desapegado de la escena, contempla creando un ambiente tal que permite al otro sentirse cómodo para, de esta manera, poder realizar su trabajo con el mayor rigor