Confusión y crisis; es el comienzo de la aventura. Se caen las estructuras que mantuvieron erguida la construcción y tratas de restaurar, reforzar el interior para que no se desmorone el habitáculo. Entonces te toca empezar de nuevo, estudiar los elementos que la componen, aprender y comprender donde estuvo cada pieza y para qué sirve. Dejas que ellas mismas te lo expliquen.
Descubres que todas tienen la misma función y la misma utilidad y que han sido y son necesarias. Da igual donde las pongas si sabes que están ahí y lo que esperas de ellas. Intuyes que ninguna estuvo en el origen, en el diseño y aún así la casa Es.
“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
viernes, abril 15, 2005
El conflicto como indicador
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario