“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
lunes, junio 23, 2008
'Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.'
No escojas sólo una parte, tomame como me doy, entero y tal como soy, no vayas a equivocarte. Soy sinceramente tuyo, pero no quiero, mi amor, ir de visita por tu vida, vestido para la ocasion. Preferiria con el tiempo reconocerme sin rubor. Cuentale a tu corazon que existe siempre una razon escondida en cada gesto. Del derecho y del revés uno sólo es lo que es y anda siempre con lo puesto. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Y no es prudente ir camuflado eternamente por ahi ni por estar junto a ti ni para ir a ningun lado. No me pidas que no piense en voz alta por mi bien, ni que me suba a un taburete si quieres, probare a crecer. Es insufrible ver que lloras y yo no tengo nada que hacer. Cuentale a tu corazon que existe siempre una razon escondida en cada gesto. Del derecho y del reves, uno solo es lo que es y anda siempre con lo puesto. Nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio.
la verdad no tiene remedio, pero eso no significa que la hayamos descubierto ya, de ahí la esperanza de que esto no sea la verdad, de que la que no tenga remedio sea una verdad mejor que yo aún no veo
Cierto, absolutamente cierto. La verdad no tiene remedio, somos lo que somos, y el que nos pretende montados al taburete nunca supo amarnos de verdad. Crecer es bello, simular que se es lo que no se es para complacer a otro a la larga acarrea lágrimas. Me encanta esa canción. Un beso.
No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de sorportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme! Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa. ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma! Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres... ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte. Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo. ¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
20 comentarios:
SINCERAMENTE TUYO
(J.M. Serrat)
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No escojas sólo una parte,
tomame como me doy,
entero y tal como soy,
no vayas a equivocarte.
Soy sinceramente tuyo,
pero no quiero, mi amor,
ir de visita por tu vida,
vestido para la ocasion.
Preferiria con el tiempo
reconocerme sin rubor.
Cuentale a tu corazon
que existe siempre una razon
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés
uno sólo es lo que es
y anda siempre con lo puesto.
Nunca es triste la verdad,
lo que no tiene es remedio.
Y no es prudente ir camuflado
eternamente por ahi
ni por estar junto a ti
ni para ir a ningun lado.
No me pidas que no piense
en voz alta por mi bien,
ni que me suba a un taburete
si quieres, probare a crecer.
Es insufrible ver que lloras
y yo no tengo nada que hacer.
Cuentale a tu corazon
que existe siempre una razon
escondida en cada gesto.
Del derecho y del reves,
uno solo es lo que es
y anda siempre con lo puesto.
Nunca es triste la verdad
lo que no tiene es remedio.
la verdad no tiene remedio, pero eso no significa que la hayamos descubierto ya, de ahí la esperanza de que esto no sea la verdad, de que la que no tenga remedio sea una verdad mejor que yo aún no veo
beso
Aunque cuente aceptarlo es así, uno es tal como es, y ama enteramente y a su manera...
hermoso post...
besos
Siempre ando citando esta frase como para recordarmelo. Al final es mejor el crecimiento que el taburete, saludos.
Si, muy hermoso post... Saludos.
La verdad es sólo cuestión de perspectiva. La que nos lleva del control y el deseo al reconocimiento de algo más grande.
Por ello es que existen tantas mentiras a medias. Abrazos.
A un regalo otro: http://homepage.mac.com/eeskenazi/.Music/cosi.mp3
Tu blog es genial, me he tomado la libertad de tomar "prestada" alguna fotos. Espero que no te moleste!!!
Sigue asi con tu blog.
Un saludo
Aunque sea en silencio....sigamos, sí.
Qué bonito, Z.
Gracias, gracias a todos
La verdad a veces tiene remedio hay que buscarla dentro de uno mismo
Un gran saludo
Cierto, absolutamente cierto. La verdad no tiene remedio, somos lo que somos, y el que nos pretende montados al taburete nunca supo amarnos de verdad. Crecer es bello, simular que se es lo que no se es para complacer a otro a la larga acarrea lágrimas.
Me encanta esa canción.
Un beso.
Alma, me ha tocado de pleno, no se tengo un dia de bajona.... y casi me toca en la linea de flotacion.
posiblemente lo coja para un post mio.
de Nuevo... GRACIIIASSSS
Verdad...insondable!!!
abrazo grande ALMA.
indianala.
¿Pero existe la verdad?
No sé... tengo mis dudas...
Un saludo
Pues eso, que lo que es es y no tiene más vuueltas...
Besos
Tiempo de recordar como interpreta esta esta canción Serrat, me sin escalas a youtube.......Saludos para ti...
Agustín
Esa canción...me encanta. Me recuerda una historia pasada en mi vida,o mejor dicho, una despedida...y Serrat es un poeta genial.
NO SE ME IMPORTA UN PITO...
No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.
Oliverio Girondo
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