Mi padre me lo explicó. Me dijo: ‘todas las cosas de este mundo tienen alma o espíritu. El cielo tiene espíritu, las nubes tienen espíritu; el sol y la luna tienen espíritu: y también los animales, los árboles, la hierba, el agua, las piedras, todo’
Edward Goodbird (Hidatsa) 1914
“Ya me di al poder que a mi destino rige.
Y no me aferro ya a nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Desapegado y sereno, me lanzaré
más allá del Águila para ser libre.”
“El Don del Águila”. Carlos Castaneda
viernes, octubre 28, 2005
domingo, octubre 23, 2005
miércoles, octubre 19, 2005
sábado, octubre 15, 2005
domingo, octubre 09, 2005
... son aquellas pequeñas cosas
Aquel día la temperatura bajó bruscamente. Mi coche se había parado a cien kilómetros de ninguna parte y para variar en el móvil, la batería y el saldo daban sus últimos coletazos.
Había pasado casi una hora, cuando una voz al teléfono me decía:
“mire, me he perdido, dígame donde se encuentra exactamente…”
Busqué rápidamente una referencia, pero era tarde, el celular avisaba con varios tonos de que se iba a apagar.
Media hora después vi llegar una grúa; se detuvo, mientras un hombre bajaba haciendo aspavientos que relataban la dificultad que había tenido en encontrarme.
Le calculé unos sesenta años, llevaba gorra, era bajito y vestía un mono de trabajo lleno de grasa y manchas de pintura. Sus guantes permitían ver sus dedos, con la piel cortada por el frío. Portaba una tremenda caja de herramientas que descompensaba el equilibrio de su cuerpo y su bufanda dejaba al descubierto el azul celeste de sus sonrientes ojos.
Él hablaba y hablaba, contando su aventura e interrogándome, a la vez, sobre lo sucedido y sin darme tiempo para responder. Yo lo escuchaba como si no fuera conmigo; entonces mirándole fijamente, le puse una mano sobre el hombro...de inmediato hizo un silencio y pregunté:
-¿cómo se llama usted, buen hombre?
-Tomás, dijo, mi nombre es Tomás.
-Tomás, puede que usted no me crea, pero hacía mucho tiempo que no me alegraba tanto de ver a alguien!
Los dos rompimos a reír con una sonora carcajada. Tras unos segundos, se secó una lágrima, cuidadosamente, con el canto de la mano y me dijo, entre risas:
Es lo mejor de mi trabajo: ¡todo el mundo se alegra siempre de verme!
viernes, octubre 07, 2005
Todo vale lo mismo
"Hace unos días sentí la necesidad de explorar la impecabilidad. La inquietud era algo así como;
¿Como puedo maravillarme con la vida sin caer en tampas emocionales o mentales?
Entonces vi mis pasiones y pensé en huir de ellas; pero vi que huir era como perder la vida.
Luego me vi abandonado a mis pasiones y vi que era como ser devorado por la vida.
Entonces me vi maravillado por el instante, sin recordar ni anticipar nada más.
Entonces me vi presente y mi presente carecía de manchas. "Alberto Cienfuegos. El Cuervo
martes, octubre 04, 2005
El apego
sábado, octubre 01, 2005
Lo Inefable
Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,
no me mata la Muerte, no me mata el Amor;
muero de un pensamiento mudo como una herida.
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor
de un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida
devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
que os abrasaba enteros y no daba fulgor...?
¡Cumbre de los Martirios..! ¡Llevar eternamente,
desgarradora y árida, la trágica simiente
clavada en las entrañas como un diente feroz...!
Pero arrancarla un día en una flor que abriera
milagrosa, inviolable... ¡Ah, más grande no fuera
tener entre las manos la cabeza de Dios!
Delmira Agustini
(1887 - 1914)